Los Hombres y Mujeres Del Próximo Presidente. parte 1


El presidente de México en los próximos seis años será Enrique Peña Nieto. Con sus pocas virtudes y muchos defectos no solo deberá dirigir el poder ejecutivo sino también demostrar a todos los ciudadanos que realmente fue la elección correcta.

Difícil de creer su discurso de democracia, un partido nuevo y un nuevo estilo. Las reglas del juego le dieron el triunfo, no por mayoría de votos sino por la minoría mas votada. No es la aceptación general. Solo uno de cada cuatro mexicanos en edad y capacidad de votar lo seleccionó, con indignación por parte de la población por el gran derroche de recursos que exhibió y por algunas torpes actuaciones de él, su esposa y su hija.

Dejando su actuación en la campaña, sus aciertos y desaciertos la realidad es que ahora cargara con un lastre, la de hombres y mujeres famosos no precisamente por sus aportes a la sociedad sino por los delitos y crímenes en los que se les ha involucrado.

Si es capaz, no solo de romper con el pasado (como promete), sino de perseguir y castigar a los criminales que lo merecen, se habrá ganado mi respeto.

Los Hombres De Peña Nieto:

Tomas Yarrington: gobernador de Tamaulipas entre 1999 y 2004, es acusado por adquirir propiedades en Estados Unidos con recursos del narcotráfico, quien a través del «empresario» Fernando Alejandro Cano se triangularon pagos con el cartel del golfo. Yarrington no es el único político priista involucrado en este caso, además están los exgobernadores Manuel Cavazos (1993 y 1999) y Eugenio Hernández (2005 y 2010).

Humberto Moreira: gobernador de Coahuila (2005 a 2011), quien endeudo al estado por mas de 30,000 millones de pesos, falsifico documentos y que el congreso estatal (con mayoria priista) se hizo de la vista gorda para que Humberto evitara cualquier cargo. El caso esta bien documentado y seguramente será una verdadera prueba para el próximo presidente. Paso a dirigir al PRI en los tiempos de campaña de Peña Nieto, pero el tamaño del delito obligo a su partido a protegerlo. Estuvo en la lista de los plurinominales (para protegerlo con fuero) y ahora lo tienen guardadito para no exhibirlo.

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Las Revoluciones, Ni Democráticas Ni Institucionales


Imagina a Miguel Hidalgo pidiendo permiso al virrey para levantarse en armas, o los revolucionarios franceses pidiendo permiso al rey o George Washington solicitando la autorización de la corona británica para luchar por su independencia. Las instituciones aseguran permanencia, estructuras y formas que dan una continuidad en cierta forma segura de la sociedad. En cambio la revolución nos lleva a cambios acelerados de rumbo, derrumbe de estructuras y de instituciones, no como dice Andrés Manuel López Obrador, que hará un cambio de rumbo de 360 grados. Que hay quien le aplaude sin saber lo que eso significa.

Imagina a los hermanos Flores Magón poniendo a votación si debían iniciar o no un movimiento social en México. No hay democracia en las revoluciones sociales. Un efecto será la creación o mejora de una democracia pero en tanto ocurre la revolución, no se da la democracia (Despues de todo es la manipulación del poder para justificar su existencia, más de 70 años del PRI lo demuestran)

En la realidad, cuando hay políticos que usan la palabra revolución en sus discursos solo pretenden colocarse en una posición en la que de hecho no podrían estar (es demagogia), pues los políticos y funcionarios públicos representan precisamente a las instituciones y a la democracia.

Los movimientos sociales revolucionarios no necesariamente deben terminar con guerras y derramamiento de sangre. Nelson Mandela es un ejemplo. Ghandi no promovió la guerra y la sangre que se derramo fue por causa de las instituciones. Aquí en México necesitamos una revolución, no por la vía de las armas, porque nos desangraría innecesariamente sino por medio de cambios en las estructuras e instituciones.

¡Pero las revoluciones no suelen darse a partir de las instituciones! Así que no será el gobierno, no serán los partidos políticos, no serán los políticos, no serán los sindicatos los que la encabezarán. No pueden y cuando alguno de ellos toma la bandera de la revolución en realidad lo que pretende es conservar sus privilegios y espacios de poder.

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La tristeza por el cambio que no se dará


La sociedad debe cambiar, los modelos han dejado de funcionar y se dirige cual locomotora en vías que acaban en un precipicio.

Viendo el debate de los candidatos franceses y esperando el que ocurrirá en México, me pregunto ¿Estos son solo hombres y mujeres de mente amplia y brillante que cambiaran las cosas?

¿Son los partidos políticos los representantes de los intereses de los diferentes sectores de la población?

Los partidos son eso, entes que parten, dividen y en esta caso a la población. Y a pesar que todos, en lo fundamental, deseamos lo mismo, el concepto de pertenencia o simpatía de una corriente política nos divide.

Hemos caído en el juego. Creemos que necesitamos de ellos y han conseguido, no solo ser mantenidos por el presupuesto de gobierno, sino también ser consentidos. Nos quisieron convencer que todas estas enormes cantidades de dinero son necesarias por la democracia.

¿Pero cual democracia? ¿Es el gobierno del pueblo? ¿O es el gobierno de la camarilla en turno, llámese verde, azul o amarillo?

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