Soy un humano de la prehistoria. Pertenezco a la especie Homo sapiens, que apareció hace unos 200.000 años en África. Vivo en una cueva con mi familia y otros humanos de mi clan. Somos unos 30 individuos en total. Formamos parte de la cultura del Paleolítico superior, que se desarrolló entre 40.000 y 10.000 años atrás.
Nuestra vida se basa en la caza, la recolección y el nomadismo. Cazamos animales como mamuts, bisontes, ciervos y caballos con lanzas y arcos de madera y piedra. Recolectamos frutos, raíces, semillas y hongos que encontramos en la naturaleza. Nos desplazamos según las estaciones y la disponibilidad de recursos. Hacemos fuego con piedras y ramas secas para calentarnos, cocinar y ahuyentar a los depredadores.
El mundo que me rodea es grande y misterioso. Hay montañas, ríos, bosques y praderas. Hay animales grandes y pequeños, algunos amigables y otros peligrosos. Hay también otros humanos que hablan diferente y a veces nos atacan o nos ayudan. Hay lugares sagrados donde hacemos rituales para pedir favores a los espíritus que habitan en la naturaleza.
Mis ilusiones son vivir en paz con mi clan, tener hijos sanos y fuertes, y encontrar un lugar mejor donde vivir. Mis temores son morir de hambre, de frío, de enfermedad o de una herida. Mis miedos son los animales salvajes como los leones, los osos y los lobos; las tormentas, los terremotos y los volcanes que pueden destruir nuestro refugio; y los espíritus malignos que pueden causarnos desgracias.
Mis esperanzas son que algún día podamos dominar el mundo con nuestra inteligencia y nuestras herramientas. Que podamos aprender más cosas sobre el cielo, las estrellas, las plantas y los animales. Que podamos comunicarnos mejor con otros humanos y crear una gran comunidad. Que podamos inventar nuevas formas de vivir más cómodas y seguras.
Mi futuro es incierto. No sé qué pasará mañana ni el año que viene. Solo sé que tengo que sobrevivir y adaptarme a los cambios. Quizás algún día encuentre un lugar donde pueda quedarme para siempre. Quizás algún día cambie mi forma de vida y pase de ser cazador-recolector a ser agricultor-ganadero, como ocurrió en el Neolítico, hace unos 10.000 años.
El amor para mí es el sentimiento que tengo hacia mi pareja, mis hijos y mi clan. Es lo que me hace cuidar de ellos, protegerlos y compartir con ellos. Es lo que me hace feliz y me da fuerza. El amor también es lo que siento cuando contemplo la belleza de la naturaleza, cuando escucho el canto de los pájaros, cuando huelo las flores o cuando saboreo una fruta dulce.
A las generaciones de hoy les diría que no olviden sus orígenes, que respeten la naturaleza y a los demás seres vivos, que sean curiosos y creativos, que se ayuden unos a otros y que busquen la paz. Les diría que aprendan de nuestros errores y aciertos, que conserven nuestro legado cultural y artístico, que sigan explorando el mundo y que se preparen para los desafíos del futuro.
Es muy divertido pensar en la vida paleolítica una vida tan complicada, pero a la vez simple pensar el hecho que compartíamos la tierra con especies muy parecidas a nosotros sería como andar con alienígenas, será que nosotros los extinguimos o simplemente ganamos en la selección natural.
¿Algo perdimos en la evolución humana?