Hace 65 millones de años, un gran asteroide se acercó a la Tierra, pero por un golpe de suerte, pasó de largo y no impactó contra el planeta. Los dinosaurios, que dominaban la vida terrestre, marina y aérea, continuaron su diversificación y adaptación a diferentes ambientes y nichos ecológicos. Algunos grupos de dinosaurios desarrollaron rasgos que favorecieron el aumento de la inteligencia, como el tamaño del cerebro, la visión binocular, las manos prensiles y la comunicación vocal.
Entre estos grupos se encontraban los troodontidos, unos pequeños dinosaurios terópodos emplumados que se alimentaban de insectos, huevos y pequeños vertebrados. Los troodontidos eran muy ágiles y curiosos, y tenían una buena memoria y capacidad de aprendizaje. Algunas especies de troodontidos empezaron a usar herramientas simples, como palos y piedras, para cazar o defenderse. También desarrollaron un lenguaje rudimentario basado en sonidos y gestos.
Los troodontidos se expandieron por todo el mundo y se adaptaron a diferentes climas y hábitats. Algunos se hicieron más grandes y fuertes, otros más pequeños y rápidos. Algunos se volvieron herbívoros o omnívoros, otros se especializaron en la caza o el carroñeo. Algunos formaron grupos sociales complejos, con jerarquías, roles y normas. Otros permanecieron solitarios o en parejas.
Con el paso del tiempo, los troodontidos fueron adquiriendo una mayor conciencia de sí mismos y del mundo que les rodeaba. Empezaron a crear arte, religión, ciencia y filosofía. Construyeron refugios, armas, herramientas y vestimentas. Domesticaron a otros animales y plantas. Exploraron nuevos territorios y entraron en contacto con otras especies inteligentes, como los cetáceos o los cefalópodos.
Los troodontidos se convirtieron en la especie dominante del planeta, pero también en la más conflictiva. Sus diferentes culturas e intereses chocaron entre sí y con los de otras formas de vida. Los troodontidos libraron guerras por el territorio, los recursos y las ideas. Algunos buscaron la paz y la cooperación, otros la conquista y la explotación. Los troodontidos alteraron el equilibrio ecológico del planeta con sus actividades e inventos.
Mientras tanto, en el continente de África, una rama de los mamíferos primates evolucionaba de forma paralela a los troodontidos. Eran los homínidos, unos seres bípedos y sin plumas que se alimentaban de frutas, raíces y carne ocasional. Los homínidos tenían un cerebro relativamente grande para su tamaño corporal, pero no tan grande como el de los troodontidos. Los homínidos también usaban herramientas simples, como ramas o huesos, pero no tan sofisticadas como las de los troodontidos. Los homínidos tenían un lenguaje básico basado en sonidos y gestos, pero no tan complejo como el de los troodontidos.
Los homínidos vivían en pequeños grupos familiares o tribales que se desplazaban por el territorio en busca de alimento y agua. Los homínidos tenían una cierta conciencia de sí mismos y del mundo que les rodeaba, pero no tan profunda como la de los troodontidos. Los homínidos creaban arte primitivo, como pinturas rupestres o collares de conchas, pero no tan elaborado como el de los troodontidos. Los homínidos tenían una religión animista basada en el respeto a la naturaleza y a sus ancestros.
La guerra entre los troodontidos y los homínidos tuvo graves consecuencias para ambos bandos y para el planeta. Los troodontidos usaron su superior tecnología y organización para atacar y someter a los homínidos. Los homínidos usaron su mayor resistencia y astucia para defenderse y escapar de los troodontidos. Los troodontidos capturaron y esclavizaron a muchos homínidos, a los que usaron como mano de obra, alimento o diversión. Los homínidos se rebelaron y resistieron a los troodontidos, a los que odiaron y temieron.
La guerra causó muchas muertes, heridas y sufrimientos entre los troodontidos y los homínidos. La guerra también causó muchos daños, contaminaciones y extinciones en el medio ambiente. La guerra consumió muchos recursos, energías y tiempos que podrían haberse usado para fines más nobles y constructivos. La guerra desvió la atención, el interés y la pasión de los troodontidos y los homínidos por otras áreas del conocimiento y la expresión.
Lss otras especies inteligentes del planeta se vieron afectadas por la guerra de diferentes maneras. Algunas se aliaron con los troodontidos o con los homínidos por conveniencia o simpatía. Otras se mantuvieron neutrales o indiferentes ante el conflicto. Otras se opusieron a la guerra y trataron de mediar o detenerla. Otras se aprovecharon de la guerra y sacaron partido de ella.
El equilibrio ecológico del planeta se vio alterado por la guerra de forma irreversible. La guerra provocó cambios climáticos, desastres naturales, alteraciones genéticas, invasiones biológicas y desequilibrios poblacionales. La guerra amenazó la supervivencia de muchas especies animales y vegetales, incluyendo las propias especies inteligentes. La guerra puso en riesgo la belleza y la armonía de la naturaleza.
El arte, la religión, la ciencia y la filosofía de los troodontidos y los homínidos se vieron afectados por la guerra de forma negativa. El arte se volvió más violento, sombrío y propagandístico. La religión se volvió más intolerante, fanática y sectaria. La ciencia se volvió más destructiva, peligrosa y secreta. La filosofía se volvió más pesimista, nihilista y cínica.
Las estrellas siguieron brillando en el cielo, pero los troodontidos y los homínidos dejaron de mirarlas con admiración y curiosidad. Las estrellas siguieron guardando sus misterios y sus maravillas, pero los troodontidos y los homínidos dejaron de buscarlos con pasión e inteligencia. Las estrellas siguieron esperando a sus hijos, pero los troodontidos y los homínidos dejaron de soñar con ellas.