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La rebelión de las hormigas era una amenaza que no se podía ignorar.
Durante años los humanos habian estado atacando su habitat, considerando a estos insectos como seres indeseables . Sin embargo, el aumento de la temperatura global y la destrucción de sus ecosistemas habían provocado una respuesta inesperada. Las hormigas habían comenzado a organizarse y a desarrollar una inteligencia colectiva que les permitía trabajar juntas para alcanzar sus objetivos.
El uso de insecticidas y el proceso evolutivo provocó que, en lugar de matarlas, potenciaran sus habilidades y su inteligencia. Las hormigas eran cada vez más grandes y peligrosas. Dejaron de temer al ser humano y comenzaron a atacar las ciudades, destruyendo casas y edificios. La situación se había convertido en una crisis de proporciones bíblicas, era necesario tomar medidas urgentes para detener la rebelión de las hormigas.
Otro hecho inesperado sucedio, una tormenta solar que originó una variación en el DNA de las hormigas de tal forma que aumentaron de tamaño, llegando a ser de proporciones humanas . Esto aterrorizó a la población humana que se vio obligada a buscar una solución para detener esta invasión.
Se organizaron equipos de expertos para estudiar el comportamiento de las hormigas y encontrar una solución que permitiera detener su avance. Se realizaron experimentos con diferentes métodos como insecticidas, ataques electromagneticos, bombas de diferente tipo, pero ninguno parecía tener el efecto deseado.
Las hormigas habían estado reuniendo fuerzas durante meses, construyendo un ejército masivo para atacar a los humanos. Tanto tiempo siendo reducidos, tanta aniquilación por parte de la humanidad habia provocado un deseo de venganza.
Los insectos veian en los hombres, seres brutales y rapaces, que eran capaces de acabar con su entorno con tal de lograr sus objetivos. Esta era la última oportunidad que tenían para defenderse y vengar a sus hermanos caídos.
Los humanos fueron tomados por sorpresa y fueron incapaces de detener la invasión. Se preparaban para el peor escenario posible, una guerra total contra las hormigas.
Los insectos fueron liberando el planeta de la plaga humana invasora, poco a poco, pero inexorablemente el ser humano iba reduciendo su lugar en el planeta. Esta vez, las hormigas no estaban dispuestas a dejarse pisotear.
Hombres y mujeres fueron encerrados en corrales y obligados a trabajar para las hormigas. Fueron tratados como ganado, de donde extraian carne y leche para alimentar a las pequeñas hormigas. Los humanos suplicaban por piedad, sin embargo, su lenguaje no era entendido por sus amos.
Las hormigas fueron seleccionando a hombres y mujeres que fueran más pequeños, más dociles y menos inteligentes para que se reprodujeran. Esta nueva raza de humanos fue creada para servir a sus amos como fuente de alimentación y trabajo. La humanidad había perdido su lugar en el planeta.