La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más disruptivas y prometedoras de la actualidad, que tiene el potencial de transformar diversos sectores y ámbitos de la sociedad. Desde la medicina hasta la educación, pasando por la industria, el comercio, el entretenimiento y la seguridad, la IA ofrece soluciones innovadoras y eficientes para los retos y las necesidades del siglo XXI.
Pero la IA no es una tecnología estática, sino que está en constante evolución y mejora. Los avances en el hardware, el software, los algoritmos, los datos y las redes permiten desarrollar aplicaciones de IA cada vez más potentes, precisas, accesibles y éticas. ¿Cómo serán estas aplicaciones en los próximos 10 años? ¿Qué características tendrán? ¿Qué beneficios y desafíos traerán?
En este artículo, vamos a explorar algunas de las tendencias y proyecciones que se han hecho sobre el futuro de la IA y sus aplicaciones para la próxima década. Estas son algunas de ellas:
Una IA ética y más responsable
Una de las principales preocupaciones que genera la IA es su impacto social y ambiental. ¿Cómo garantizar que la IA respete los derechos humanos, la privacidad, la seguridad y la equidad? ¿Cómo evitar que la IA reproduzca o amplifique sesgos, discriminaciones o injusticias? ¿Cómo minimizar el consumo energético y la huella ecológica de la IA?
Para responder a estas preguntas, se ha desarrollado el concepto de IA ética o responsable, que busca que la IA se diseñe, se desarrolle y se use de acuerdo con unos principios y unas normas que aseguren su beneficio social y su sostenibilidad ambiental. Algunos de estos principios son la transparencia, la explicabilidad, la fiabilidad, la inclusión, la diversidad y la participación.
En los próximos 10 años, se espera que la IA ética y responsable se consolide como un estándar y una exigencia para todas las aplicaciones de IA. Para ello, se requerirá un mayor compromiso y colaboración entre los diferentes actores involucrados en el ecosistema de la IA: gobiernos, empresas, academia, sociedad civil y usuarios. Asimismo, se necesitará un mayor desarrollo e implementación de herramientas y metodologías que permitan evaluar y auditar el cumplimiento de los principios éticos por parte de las aplicaciones de IA¹.
Accesibilidad masiva de la IA
Otra de las tendencias que se prevé para el futuro de la IA es su democratización y accesibilidad masiva. Esto significa que cada vez más personas podrán acceder a los beneficios y las oportunidades que ofrece la IA, tanto como usuarios como como creadores. La IA dejará de ser un privilegio o un misterio para unos pocos, y se convertirá en un recurso o una habilidad para muchos.
Para lograr este objetivo, se requiere superar algunas barreras que limitan el acceso a la IA. Por ejemplo, se necesita reducir el costo y aumentar la disponibilidad del hardware y el software necesarios para ejecutar aplicaciones de IA. También se necesita mejorar la conectividad a internet y a las redes móviles en todo el mundo. Además, se necesita fomentar la alfabetización digital y la capacitación en habilidades relacionadas con la IA.
En los próximos 10 años, se espera que estas barreras se vayan superando gracias al avance tecnológico y al impulso político y social. Algunas iniciativas que contribuirán a este proceso son el desarrollo de plataformas cloud o en la nube que faciliten el acceso a servicios de IA; el uso de dispositivos móviles o wearables como interfaces para interactuar con aplicaciones de IA; o el diseño de soluciones de IA adaptadas a las necesidades locales y culturales de diferentes comunidades².
Mayor precisión con IA y análisis predictivo
Otra de las características que tendrán las aplicaciones de IA en los próximos 10 años es su mayor precisión y capacidad para realizar análisis predictivo. Esto significa que las aplicaciones de IA podrán procesar grandes cantidades de datos con mayor rapidez y exactitud, y extraer patrones e insights que permitan anticipar escenarios futuros o tomar mejores decisiones.
Para lograr este objetivo, se requiere mejorar algunos aspectos técnicos relacionados con la calidad y el tratamiento de los datos. Por ejemplo, se necesita asegurar que los datos sean veraces, completos, relevantes y representativos. También se necesita optimizar los algoritmos y los modelos matemáticos que se usan para analizar los datos. Además, se necesita garantizar que los resultados sean interpretables y comprensibles para los usuarios.
En los próximos 10 años, se espera que estos aspectos se vayan mejorando gracias al progreso científico y al feedback constante entre los desarrolladores y los usuarios. Algunas aplicaciones que se beneficiarán de esta mayor precisión son las relacionadas con el diagnóstico médico; el pronóstico meteorológico; el control del tráfico; o la detección del fraude³.
Liberar el poder de la IA generativa
Otra de las tendencias que se observa para el futuro de la IA es el auge de la IA generativa. Este tipo de IA es capaz de crear contenido original a partir de unas instrucciones o unos ejemplos dados por el usuario. El contenido puede ser texto, imagen, audio o vídeo. La IA generativa usa técnicas como las redes neuronales artificiales o el aprendizaje profundo para imitar o superar el estilo humano.
Para lograr este objetivo, se requiere superar algunos desafíos relacionados con la creatividad y la originalidad de los contenidos generados por la IA. Por ejemplo, se necesita evitar que la IA copie o plagie contenidos existentes. También se necesita asegurar que la IA respete los derechos de autor o las normas éticas. Además, se necesita evaluar si los contenidos generados por la IA tienen valor artístico o cultural.
En los próximos 10 años, se espera que estos desafíos se vayan resolviendo gracias al desarrollo tecnológico y al debate social. Algunas aplicaciones que se potenciarán con esta IA generativa son las relacionadas con el entretenimiento; la educación; el periodismo; o el marketing.
Trabajar con IA para lograr una mayor satisfacción del cliente
Otra de las características que tendrán las aplicaciones de IA en los próximos 10 años es su mayor integración con el factor humano para lograr una mayor satisfacción del cliente. Esto significa que las aplicaciones de IA no reemplazarán ni competirán con los trabajadores humanos, sino que colaborarán y complementarán sus funciones. La IA será una herramienta o un aliado para mejorar el rendimiento y la experiencia del cliente.
Para lograr este objetivo, se requiere superar algunas barreras relacionadas con la confianza y la aceptación de la IA por parte del cliente. Por ejemplo, se necesita asegurar que el cliente tenga control sobre sus datos personales y pueda ejercer sus derechos sobre ellos. También se necesita garantizar que el cliente pueda elegir entre interactuar con una aplicación de IA o con un trabajador humano. Además, se necesita ofrecer al cliente una atención personalizada y adaptada a sus preferencias.
En los próximos 10 años, se espera que estas barreras se vayan superando gracias al avance regulatorio y al cambio cultural. Algunas aplicaciones que se beneficiarán de esta mayor integración son las relacionadas con el servicio al cliente; el comercio electrónico; el turismo; o la banca.
Estas son solo algunas de las tendencias y proyecciones que se han hecho sobre el futuro de la inteligencia artificial y sus aplicaciones para la próxima década. Sin embargo, hay muchas otras que podrían surgir o cambiar en función de los avances tecnológicos y las demandas sociales que se produzcan en este periodo. Lo que sí parece claro es que la inteligencia artificial será una tecnología clave y omnipresente en nuestro mundo, y que tendrá un impacto profundo y transformador en todos los ámbitos de nuestra vida.