Las profesiones que aún no existen y serán las más buscadas en el futuro


El consultor futurista Thomas Frey, Director Ejecutivo del Instituto Da Vinci, es una de las voces más influyentes en lo que refiere al futuro de la vida cotidiana junto a las nuevas tecnologías y los cambios sociales. Desde su perspectiva ha elaborado una lista de más de cien profesiones que no existen en la actualidad pero serán indispensables y bien cotizadas en un futuro no tan lejano. Estas son algunas de ellas:

Transicionistas: especialistas que ayudarán al conjunto de la humanidad a culminar la transición hacia una era totalmente digital.

Expansionistas: personas dedicadas a la adaptación de la humanidad a un nuevo medio ambiente.

Maximizadores: profesionales capaces de construir procesos, situaciones y oportunidades.

Optimizadores: especialistas preparados para ajustar los datos variables para obtener mejores resultados.

Inflexionistas: se dedicarán a encontrar el punto de inflexión en un sistema, habilidad que será muy valorada en el futuro.

Especialistas en desmontaje: especialistas capaces de liquidar la producción industrial que ha llegado a su fin.

Contraatacantes: cada nueva tecnología tiene adversarios, por lo que se necesitarán personas que puedan responder a los ataques de manera adecuada.

Contextualistas: entre una idea innovadora y su realización real siempre suele haber un gran trabajo rutinario; los contextualistas participarán en el proceso de la aplicación del producto final.

Expertos en ética: la necesidad de personas que puedan resolver cuestiones éticas complejas seguirá aumentando, por lo que estos especialistas serán muy demandados.

Filósofos: existen desde hace siglos, pero pronto cumplirán un nuevo rol, asesorando a las empresas que buscan la supremacía en la esfera intelectual, ya que la teoría filosófica es la base de todo proceso de negocios.

 

 

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¿No se puede reducir la pobreza en el mundo?


La pobreza en el mundo es una de las enfermedades de la sociedad que no se ha podido erradicar. Ha sido bandera de gobernantes y políticos, en su afán de permanecer u obtener el poder.

Cada año se presumen las cifras que muestran que el porcentaje de pobres se reduce, sin embargo ¿realmente vamos hacia una erradicación de la pobreza?

Intermón Oxman, una organización no gubernamental con sede en Barcelona ha publicado un artículo donde indica que con los ingresos de 100 de los más ricos en el mundo sería posible acabar con la pobreza ¡Cuatro Veces!

El 1% de las personas más ricas en el mundo han incrementado sus ingresos en un 60% en los últimos veinte años. Esto no solo es inmoral es también un crimen. Solo consideremos que por cada $1,000 dólares ahora reciben $1,600, y un pobre que recibe $30 dólares a pesar de que doblara sus ingresos a $60 dólares seguiría en el umbral de la pobreza. Esto nos muestra que no se deben esconder las cifras a través de porcentajes y estadísticas amañadas. En resumen, los ricos son cada vez más descaradamente ricos y la brecha con los pobres se amplia.

La rápida desaparición de una clase media estable, la pobreza que continua creciendo en cantidad (aunque en porcentaje se quiera disfrazar una disminución), el constante flujo de información que muestra a supermillonarios que han llegado a extremos inmorales, ilegales y criminales justifican los movimientos mundiales como Occupy. Y recordemos, este movimiento se origina no como apoyo a los pobres en el tercer mundo, sino como respuesta a los que sucede en los países ricos, donde las diferencias empiezan a ser notorias.

En la lucha contra la pobreza no había sido considerado el otro extremo, la acumulación de la riqueza. En los Estados Unidos los ingresos del 1% más rico se ha duplicado desde 1980, para el 0.01% se han cuadruplicado. El club de los multimillonarios (Alrededor de 1,200 personas en el mundo) ha crecido en ingresos no en cantidad de socios en los últimos años.

La creación de nueva riqueza no está yendo hacia los necesitados. Son 240 mil millones de dólares lo que los 100 más ricos del mundo agregaron a su patrimonio, que han sido a costa de seguir explotando a nuestro planeta y más que suficiente para acabar con la pobreza en el planeta (4 veces lo que se necesita).

¿Para que desean ser más ricos?

Y no debemos olvidar que dos problemas del mundo a resolver son: Asegurar que el crecimiento económico no sea a costa del planeta y satisfacer las necesidades básicas de todo ser humano de manera justa.

Pero el dinero corrompe, compra conciencias y poder. Así que los millonarios empresarios y políticos sin escrúpulos forman mancuernas para enriquecerse no solo del dinero de los impuestos sino dándose privilegios como obtención de monopolios, exención de impuestos o reducción de requisitos para lograr negocios.

Las sociedades desiguales, por su monopolio de poder, suelen mantenerse de esa forma, donde pocas expectativas hay para la mayoría de sus ciudadanos, que además no logran la educación y progreso necesario para lograr superarse a sí mismos y a sus familias. Además no hay ningún interés en promover el bienestar, pues sería atentar contra el status quo que requiere el grupo en el poder.

En el Reino Unido la mitad del presupuesto de los partidos políticos proviene de las donaciones del sistema financiero, en México se garantiza la supervivencia de los partidos políticos a través de un enorme subsidio gubernamental sin dar acceso a los ciudadanos libres (se requiere el acceso a través de los partidos). Revisando la economía de los partidos políticos nos daremos cuenta que en la mayoría de los países existe una oscura asociación entre empresarios, políticos y millonarios (¿Dónde se originó su fortuna?). En China, supuestamente una sociedad comunista, el 10% de la población obtiene el 60% de los ingresos.

Las crisis financieras mundiales han afectado sobre todo a la clase media, los más ricos han logrado multiplicar sus fortunas en estos tiempos. Entonces ¿No serán los multimillonarios que a propósito o por omisión permiten estas crisis? Son los beneficiarios directos.

Y no se trata de quitarles a los ricos para dárselos a los pobres, es solo una cuestión de justicia. El mundo es de todos, los recursos son de todos, de europeos, africanos, latinoamericanos y asiáticos, de nuestros antepasados, de nosotros y de nuestros hijos ¿Por qué unos cuantos deben de poseerlo?

Conforme transcurre el tiempo, las sociedades son más desiguales, la brecha entre los que lo tienen todo y los que nada tienen se amplia. Los gobiernos son controlados por los que tienen dinero y no precisamente para apoyar a los más necesitados sino para acrecentar su poder y su riqueza. Ejemplos de estos individuos hay en cada país, no solo Hugo Chavez en Venezuela, también la Familia Bush y Kennedy en Estados Unidos, Salinas de Gortari, Luis Echeverria y otros tantos en México y no son los únicos.

Fue Gandhi el que dijo «La Tierra produce lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano, pero no lo suficiente para satisfacer la codicia de cada uno». Es inmoral desear más de lo que se requiere, pues en la actualidad, con los recursos limitados, siempre será a costa de otro.

La codicia de los multimillonarios es tal que a pesar de su enorme fortuna buscan formas de no pagar impuestos, y los gobiernos por ellos apoyados los consienten. Esto es, la carga impositiva al final y como siempre, recae en la cada vez más débil clase media. No se trata de buscar el comunismo sino detener el capitalismo inmoral y desenfrenado donde algunos buscan acrecentar sus fortunas a expensas de los que no han tenido oportunidades.

En resumen, los gobiernos y las sociedades no solo deben de buscar reducir la pobreza extrema sino también la riqueza extrema, inmoral y criminal.

México secuestrado


Hay no solo acusaciones, sino evidencias e inclusive el reconocimiento del PRI de que hay movimientos millonarios hacia la campaña de Enrique Peña Nieto.

Las investigaciones periodísticas serias y neutrales como es el caso de Carmen Aristegui muestran, fuera de toda duda, que la campaña de Enrique Peña Nieto fue llevada a cabo por medios de financiamiento no legales.

En esta danza de los millones empiezan a mostrarse evidencia de que hubo lavado de dinero.

Los partidos viven del presupuesto nacional, es decir, de nosotros. Por tanto, las reglas de claridad y transparencia van mas allá de lo que pueda estar escrito.

La presunción de inocencia mientras no se pruebe lo contrario no puede aplicar para los partidos. Porque ante todo, se suponen que son los encargados de darle vialidad a las opciones del futuro de nuestro país.

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