Evelyn Francis McHale vio a su prometido en Easton el 30 de abril para celebrar que cumplía 24 años. Abordo el tren de regreso a la ciudad de Nueva York a las 7 de la mañana del día siguiente. Barry declaro «cuando le di el beso de despedida parecía feliz y normal como cualquier chica a punto de casarse». Solo él sabe lo que realmente le dijo y ocurrió.
Evelyn nació el 20 de septiembre de 1923 en Berkeley, California. Fue el penúltimo de siete hermanos de Vincent y Helen McHale. En 1930 la familia se mudo a Washington y poco tiempo después Helen abandono a la familia por razones desconocidas (aunque se dice que fue por motivos materiales). Despues del divorcio, Vincent se quedo con la custodia de los hijos y poco después se mudaron a Tuckahoe, en el estado de Nueva York, donde Evelyn asistió a la preparatoria.
Después de la Preparatoria, en tiempos de la segunda guerra mundial, Evelyn se unió al cuerpo armado de mujeres. Fue ubicada en Jefferson, Missouri. Se reporta que al final de su servicio quemo su uniforme militar.
Aquel 1ro de mayo de 1947, al llegar a Nueva York se dirigio al hotel «Governor Clinton», escribió una nota de suicidio y poco antes de las 10:30 compro un boleto para el puesto de observación del piso 86 del Empire State.
¿Qué paso por su cabeza desde las siete de la mañana, cuando se despidió de su novio, hasta cerca de las 10:40 a.m., momento en que estaba en aquel piso 86?
Solo se puede conjeturar. Desde 300 metros de altura, en el puesto de observación, reflexionando sobre su vida, recordando a su familia, su madre que los dejo, sin esperanza por sentirse lejos de Dios. Ve las fotos de su familia, dobla su abrigo y lo deja en alguna banca junto con su libro de notas. Se acerca a la barandilla, se acomoda, hace un recuento de su vida y salta.
¿Qué pasa por su mente cuando va cayendo?
Son varios segundos, seguramente arrepentida pero lo hecho, hecho esta. Siente el aire golpear en todo su cuerpo, se aferra al collar que lleva y se impacta. Milisegundos de agonía y la muerte.
John Morrissey, era policía que en aquel momento dirigía el trafico entre la calle 34 y la Quinta avenida, Noto un bulto blanco cayendo al vacío, segundos después escucho el golpe sobre una limosina Cadillac de las Naciones Unidas que es encontraba estacionada en la calle 34, a unos 60 metros de la quinta avenida.
El impacto fue sobre el techo del carro, el metal se vencio y se quebraron los cristales. El conductor se encontraba en una farmacia cercana, lo cual le salvo de una muerte segura o de daños graves (se puede observar en la foto como quedo el automóvil).
Del otro lado de la calle, Robert C. Wiles, estudiante de fotografía se acercó rápidamente y tomo varias fotos pocos minutos después de la caída.
El Detective Frank Murray encontró en el puesto de observación el abrigo marrón cuidadosamente doblado, un estuche de maquillaje con varias fotos familiares y una libreta con una nota que decía:
«Deseo que nadie dentro o fuera de mi familia vea alguna parte de mi. ¿Podrían destruir mi cuerpo en cremación? Suplico a ti y a mi familia que no se realice ningún servicio para mi o en recuerdo de mi. Mi prometido me pido que me casara con el en Junio. Creo que no seria una buena esposa para nadie. El estará mucho mejor sin mi. Díganle a mi padre, Tengo muchas de las tendencias de mi madre»
Su cuerpo fue identificado por su hermana Helen Bronson y conforme a sus deseos fue cremada. No hay ninguna tumba de ella.
La fotografía de WIles apareció en la revista Life del 12 de mayo de 1947 y se convirtió en una de las imágenes icónicas del siglo veinte. Para Wiles, esta fotografía, que lo llevo a la fama, también fue su olvido. Es la única fotografía que el alguna vez publicó.
La fotografía, sin considerar lo trágico de la muerte, fue tomada en un momento y posición afortunada.
El rostro de Evelyn, que no esta descompuesto ni dañado, parece reflejar serenidad y tranquilidad. Sangra desde el cráneo, pero la fotografía en blanco y negro no lo refleja.
Se impacto contra un automóvil, no común y corriente, fue una limusina de las Nacionaes Unidas y con fortuna de que nadie estuviera dentro. Era más probable que se estrellara contra el pavimento y sin embargo no fue así.
Sus guantes puestos aun y una de las manos aferrada al collar. La vestimenta completa, el saco impecablemente puesto y los pies entrecruzados.
La fotografía es mencionada en la película «Mas extraño que la ficción» y también es conocida como «El suicidio más bello».
No creo que el suicidio tenga algo de belleza. Difícilmente se puede justificar un acto de esta naturaleza.
Hay mas bien, hablando de fotografía, escenas captadas en el momento y lugar oportuno que dan cierto aire de irrealidad. Es lo que ocurrió aquí y dejo como icono y para la memoria, la muerte de una chica en plena juventud que no quiso enfrentar la vida.
Referencias
Solo Dios pudo saber que paso en la cabeza de una mujer que parecía tener un futuro hermoso, pero cuando no se arrancan las raices del pasado, ni los mejores planes pueden salir bien porque no se puede pasar al futuro atado al pasado. Que tanto le afectaria la conducta de su madre como para atormentarla?, quien sabe, que tan verdadera era su relacion con su prometido?, cuantas dudas cargaría en su corazon?, cuantas cosas calladas que pueden ahogar un alma…..
es un hecho triste… y a la ves deja muchas dudas por resolver!! varios cuestionamientos que pues ya desgraciadamente no se sabran…
sin duda un hecho que deja muchas interrogantes! lastima que quizas nunca se sepa que fue lo que en verdad paso por la mente de esta mujer!!!1
es una historia muy interesante, pero yo pienso que ella no quiso hacer mujer por que siempre vivio con el ejemplo de su madre en su mente y asi ella misma se puso su fin.
este hecho me da la impresion de que era una mujer muy egoista egoista como que pensaba solo en ella no en lo demas o podria ser que en su mente consideraba eso lo mejor para sus padres y su prometido. aveces pensamos que hacemos lo correcto cuando en realidad estamos mal.en su nota pide que no le guarden ni siquiera nada de recuerdo de ella. que tragedia mas misteriosa.
Es muy triste lo que paso con esta muchacha, solo ella y Dios saben lo que pasaba por su mente, pero para llegar al grado de aventarse de un piso 86, ha de haber sido muy grande su desesperacion… 😦